domingo, 10 de septiembre de 2017

Llueve

Es domingo de madrugada, y llueve allá afuera y acá adentro.
Pienso en tu boca, tu mirada sobre mi piel erizandose, haciéndote un hueco en mi espalda.
Escucho la lluvia caer y no puedo más que imaginarme descubriendo los secretos de tu habitación, entre tus dedos. Y usar tus brazos de abrigo.

Veintitrés textos escritos. Veintitrés veces siendo mi musa, buscandote en cada rincón de la Ciudad.
Fantaseando con la idea de encontrarte, por una simple casualidad, en la que no creo, leyendo con un café en la mano en algún bar. Vos, esas letras, el aroma a café saliendo de tu boca, concentrado en un mundo de páginas de un libro olvidado, viejo.
Y te pienso, tan mío, tan cerca, tan dulce, tan héroe, tan.
Y en ésta noche lluviosa, y en cada noche desde hace ciento ochenta días que mis noches son tuyas, que mi piel te ansía, que mis manos te necesitan y mis miedos quieren que los cuides.

M. C.

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