lunes, 29 de julio de 2013

Recordé

De golpe sin pensarlo me acordé de tu voz.
De esa vez que hablamos por primera vez, que nos escuchamos por primera vez.
Estabas tímido, no sabías qué decir. Yo tampoco, pero no quería dejar de escucharte.
Me enamoré de tu voz.
Y empezaron a venir muchos recuerdos a mi cabeza. Recuerdos que están constantemente,
pero que no quiero recordar porque me angustia saber que tal vez no se vayan a repetir jamás.

Recordé tu risa, tu manera de mirarme, tus manos, la forma en que me besabas.
tu mirada, tu inocencia, la manera en que sabes cómo volverme loca, tu picardía,
tu piel, tu manera de cuidarme, tus miedos. Y te quiero acá, a mi lado en la cama,
en mi vida, en mis manos, en mi boca, porque en mi pensamiento vivís, no te vas nunca.

Las ganas que tengo de hacerte feliz superan todas tus expectativas.

M.C.

lunes, 22 de julio de 2013

Recapitular

Uno a veces no consigue ver las cosas hasta que están lejos.
Deja que las inseguridades, miedos y presiones lo sobrepasen,
y vive la felicidad, pero a la vez dejándola pasar creyendo que nunca va a terminar.
Todo eso que parecía irrelevante se convierte ahora en motivo principal,
y jura, siente con el alma ser feliz, pero no se da cuenta que lo puede estar arruinando.
Y luego recapitula.
Los momentos de besos, caricias, miradas, risas, complicidad,
placer, felicidad, dulzura, romanticismo, amor, deseo, bienestar total, siempre están,
pero en este momento uno recuerda lo malo, peleas, miedos, frustraciones, orgullo,
dificultad y todos los errores que uno pudo haber cometido y se culpa a si mismo.

Uno siente que ya no quiere nada más en la vida, que con eso le alcanza para ser feliz,
pero la ausencia de eso mismo le genera una angustia profunda.


M.C.

jueves, 4 de julio de 2013

Extraño

Te extraño.
Podrían ser solo esas dos palabras, nada más.

Extraño tu inocencia, y tu picardía al mirarme.
Extraño tu risa, su sonido y tu boca al reír.
Extraño tus manos, cada dedo y cada cosa que hacen.
Extraño tus canas que no representan para nada experiencia.
Extraño tu mal humor y terquedad.
Extraño tu voz, que al escucharla me acaricia todo el cuerpo.
Extraño tu entrega, como nunca jamás lo habías hecho antes.
Extraño tu complicidad junto a la mía.
Extraño tu humor, que me atrajo de entrada.
Extraño tu vulnerabilidad que dejabas que cuide.
Extraño tu manera de tocarme.
Extraño enseñarte, cuidarte.
Extraño que me cantes al oído.
Extraño la manera en que me agarrabas de la mano y me llevabas,
como dijiste "para que no me escape".
Extraño cada mirada, cada roce, cada palabra.
Extraño la manera en que me hacías tuya, con cada detalle.
Extraño tus celos.
Extraño la manera en que me rozabas con la lengua las encías.
Extraño mirarte y mirarte verte reír.
Extraño que me beses la espalda al terminar de hacerme el amor.
Extraño tu presencia.
Extraño el aroma de tu pelo.
Extraño estar con vos en la cama, sin hacer nada, solo riendo que es lo que más me gusta.
Extraño la manera en que pensabas en mi.
Extraño darte placer y sentirlo a la vez.
Extraño cada "te amo" saliendo de tu boca y tus manos.
Extraño cada abrazo infinito.
Extraño encendernos y enredarnos en la cama.
Extraño que me retes, tu forma de cuidarme.
Extraño que me busques y te guste encontrarme.
Extraño verte mientras dormís.
Extraño tu piel y la forma en la que se entiende con la mía.
Extraño que cures cada cicatriz que tengo en el alma.
Extraño la forma en la que se te escapaban los deseos.

Extraño todo de vos.
Te extraño.
Y no sé cómo calmar ésto que siento día y noche.
Porque aunque no te guste que lo diga, sos mi mundo y si no estás en el me apago.
Y me estoy apagando de tanto entrañar.

M.C.