miércoles, 4 de noviembre de 2015

Algo

Algo hace que vuelvas siempre a buscarme.
Algo hace que yo siempre te este esperando.
Algo hace que cuando nos miramos a los ojos, todavía nos haga ruido el estómago.
Algo hace que cuando me agarras de la mano, el corazón se me sale del pecho.
Algo hace que si te beso, se te eriza la piel.
Algo hace que si nos abrazamos, todavía se detiene el tiempo.
Algo hace que nuestras fantasías sigan durmiendo juntas.
Algo hace que cuando nuestra piel se roza, la luna sonríe.
Algo hace que tu mirada me hable y me diga tanto y mis ojos entiendan su lenguaje.
Algo hace que tus dedos estén lacrados en mi piel.

Algo hace que no me sueltes.
Algo hace que no te suelte.
Algo hace este amor.

M. C.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Escribo

Es de madrugada y el vacío vuelve a visitarme. 
Es una noche templada, pero yo siento frío en mi cama.
Es una semana tranquila, y yo estoy cansada. 
Mis manos te buscan. Mis ojos te llaman. Mi piel te necesita. Mi cabeza no deja de pensarte. Todo mi ser te extraña. 
¿Será que el corazón algún día deja de latir? 
¿Será que nuestro cuerpo puede seguir viviendo si estamos muertos? 
¿Será posible que mi ser deje de pertenecerte alguna vez?
Escribo, escribo y vuelvo a escribir.  
Tal vez para llenar un vacio, tal vez para dejar de quererte, tal vez para que me escuches y vuelvas a cantarme al oído. 

M. C.

lunes, 12 de octubre de 2015

Mi locura

Tus ojos oscuros.
Mis manos inquietas.
Tu piel curiosa.
Mi cabeza dando vueltas.
Tu boca deseante.
Mi lengua sedienta.
Tu inocencia al borde.
Mi piernas a tu espera.
Tus manos perfectas.
Mi espalda te llama.
Tu pubis me busca.
Mi nombre te pertenece.
Tu mirada me atraviesa.
Mi perfume te marea.
Tu voz infinita.
Mi cintura etérea.
Tu pelo se enreda en mis manos.
Mi pecho tu tentación.
Tu vulnerabilidad mi perdición.
Mi locura, sos vos.

M. C.

lunes, 5 de octubre de 2015

Se que tener amigos, te ayuda a llevar mejor las cosas dolorosas.
Se que cuando estas triste y tu perro te pide caricias, se las das con doble amor.
Se que trabajar de lo que amas te hace levantarte los lunes con más ganas.
Se que estar enamorado es tener el cuerpo hecho de nubes.
Se que lastimar a quien queres y hacerlo llorar es como sentir que se te encoje un poquito el alma.
Se que la caricia de una persona a la que amas, está a tres galaxias de distancia de la caricia de un extraño.
Se que a veces tenemos tanto miedo que nos enojamos con quienes no deberíamos.
Se que tener una familia que te cuide es tener un hogar vayas donde vayas.
Se que ver dormir al hombre que amas es como querer ser su ángel de la guarda.
Se que a veces podemos estar rodeados de personas y sin embargo sentirnos más solos que nunca.
Se que a algunas personas cuando algo les duele mucho solo saben defenderse de ese dolor hiriendo.
Se que el dar a la persona que uno ama es la satisfacción más linda.
Se que hay besos que marean como cuando te impulsas fuerte en una hamaca.
Se que hay canciones que se escriben para uno, aunque no se tenga idea de ello.
Se que hay personas que no se van de nuestras vidas aunque ya no nos tomen de la mano.
Se que cuando uno esta enfermo se cansa de vivir.
Se que el 'para siempre' que te dije todavía vive en mi.

M. C.

domingo, 16 de agosto de 2015

Inestable

Venis, me llenas de esperanza.  Es mi culpa.
Te vas, desapareces sin piedad. Me dejas sola junto a tu ausencia que se me aparece en todo lo que hago.
Apareces, de golpe y moves todo mi interior con un solo 'Hola'. Me desestabilizas. Te mostras vulnerable y despertas mi propia vulnerabilidad. 
Me podes de cualquier manera y forma. 
Te pido que te quedes. No lo haces. No podes.
Amo cada uno de tus defectos y me odio por ello.

M.C.

martes, 13 de enero de 2015

Mariposas en mi estómago

Te vi y no supe qué decir.
Todo eso que había practicado, de golpe se esfumó.
Me moría por abrazarte, porque ese abrazo fuera interminable, como esa misma tarde.
Me miraste y sonreíste, me sonrojé y te dije que no me miraras más,
pero por dentro era lo único que no quería que dejaras de hacer, nunca.
Rozaste tu boca con la mía y ya sabía que había perdido, ya te pertenecía por completo.
Me besaste, con fuerza, con deseo, con amor.
Te pedí que rozaras tu lengua en mis encías,
lo hiciste y simplemente me maree.
Me acariciaste de una forma totalmente sincera, lo sentí.
Tus manos se acoplan perfectamente a mi cuerpo, a mi piel.
Un solo dedo tuyo deslizándose en mi piel, en mi pelo y en mis manos,
hace que un escalofrío suba por mi espalda y me haga temblar de una manera
implosiva y excitante.
Hace más de dos años ya, que todavía con tu mirada y tus manos,
alimentas las mariposas en mi estómago.

M.C.