viernes, 27 de octubre de 2017

Heridas

El tiempo a veces remueve heridas, las descose, las infecta, las inunda de bacterias, las vuelve a abrir y las deja en carne viva.

A veces tan sólo las cicatriza a medio camino, las cubre de una ligera costra, que ante cualquier roce, vuelven a sangrar.

A veces el tiempo sólo aligera el dolor profundo, y uno vive con una pequeña molestia, pero que no se olvida, que no se deja de sentir, que se vuelve parte de nosotros, de nuestro ser, y termina siendo más insoportable.

Y a veces se adormece, se tapa de piel, de gasas y de olvido.


M. C.

martes, 24 de octubre de 2017

Mar

Tiene un cúmulo de sentimientos debajo de su piel, encerrados que no puede sacar.
Vomita palabras, sobretodo de noche. O viajando. O pensando en él.
Se conoce. Se pregunta. Se culpa. Se cuestiona. Se castiga. Se quiere.
Tiene defectos, que va dejando en personas. Y tiene virtudes, que también va dejando en algunos pero como marcas.
Suele saber abrir a las personas, que luego escapan por miedo a conocerse.
Desea que se cumpla algún deseo de los que pide para su cumpleaños, de los cuales siempre uno lo incluye, aún cuando no lo conocía.
Escribe lo que siente, lo que le pasa, y no puede no nombrarlo, porque ya es parte de ella.
Tiene miedos. Le tiene miedo a sus miedos. Le tiene miedo a temerle a temer.
Es fuerte en su debilidad. Tiene un cuerpo débil pero una gran fortaleza con la cual sostener esos huesos.
No tiene religión, pero la voz de él se volvió su rezo.
Tiene poco y nada, pero da más de la mitad cuando ama.
Desde que lo conoció no puede más que respirar flores.
Jugó en varias oportunidades con la muerte, pero siempre le hizo jaque mate.
A veces el tiempo le corre en slow.
Sabe esperar, está acostumbrada.
Tirarse en su abismo sin mirar, para ella es magia.
Es mar, nunca deja de preguntar, nunca deja de sonar.

M. C.

lunes, 9 de octubre de 2017

Somos

Somos un instrumento de alguien más.
Eso que sentimos en el pecho cada vez que las personas que queremos sonrien.
Somos una huella en la vida de alguien.
Un suspiro, una ola, un montón de adiós.
Somos lo que no esperamos y lo que siempre esperamos a la vez.
Somos un beso que alguien espera. 
Pero también un beso que alguien rechaza.
Los que nos enojamos para no llorar. 
Un puñado de la nada misma.
Somos lo que hacemos cuando nos quieren, y lo que no podemos dejar de querer.
La melodia de una canción sorda.
Somos ese dolor profundo del que aprendimos.
Somos lo que hacemos aún cuando tenemos miedo. Y a veces lo que no nos animamos a hacer. 
Somos ese resto que queda después de que nos lastiman fuerte.
Somos todo eso que no decimos, por cobardia, por ignorancia, por orgullo. Por. 
A veces también los más fuertes somos los que más golpes recibimos.

M. C.