sábado, 23 de diciembre de 2017

Arte

Tengo la mente impregnada de vos, de tu manera de pensar, de tu arte.
Y llenas mis bolsillos de fantasías, de una dulzura perversa que sólo tu piel puede generar.
Quiero apagar la luz y que sólo me iluminen tus oscuros y enormes ojos pidiendome más y volviendote insaciable. Que me ates a tu boca y me anudes en cientos de besos.
Que me mires, muy a tu manera, buscandome, suduciendome, provocando que te robe un beso y te muerda la boca. Y que de golpe esa mirada provocativa se vuelva una debilidad para mis deseos.
Deseos que se alborotan cuando me fotografias y posas tu mirada sobre mi piel.
Quiero que seas el interprete de mis gemidos, mientras tus dedos hacen un mosaico de mi piel.
Hacerte desear hasta hacer llegar al límite tus instintos, y cuando tu cuerpo me lo diga, entregarme.
Que busques en mi piel mi debilidad, y puedas lentamente hacerla propia.
Jugar con tu pelo una y otra vez,  mientras mis dientes se expresan en tu boca, y tus ganas me pidan al oído que no me detenga.
Que me fotografies desnuda, directo con el lente de tu mirada.
Quiero que tu inocencia y tus fantasías más escondidas, las descubran sólo mis sábanas.
Que nuestros deseos duerman juntos.

M. C.