jueves, 22 de abril de 2021

Tener (nos)

 Hay un recorrido por mis piernas que lo conducen tus labios, acercándose al punto límite en donde el hormigueo llega hasta la nuca.

Mientras yo de una forma u otra dirijo tus manos hacia el destino que desean llegar y hallarse.

En la espalda haces un laberinto de besos, porque ambos queremos que te pierdas y que quedes atrapado.

A mis manos les encanta acariciar tus ganas, y a mi boca le enloquece verte actuar. 


La desesperación de sólo pensarnos vive en cada uno de mis dedos y en tu voz. 

Nuestra libido recorre cada cuarto de la casa y vos creas magia en cada rincón.


¿Cómo no volverme loca con tus palabras en mi oído mientras estás dentro mío? ¿Cómo dejar de pensarte si sos todo lo que deseo? ¿Cómo no desearte así, si tu deseo me sobrealimenta? 

domingo, 28 de marzo de 2021

Ahí

Estás ahí, ocupando uno a uno mis espacios. Direccionando mis manos, guiando mi boca.

Estás ahí, amaneciendo en mi cabeza, y yéndote a acostar entre mis dedos.

Estás en cada susurro que digo, aún en otros oídos. 


Estás ahí, en cada línea de mis libros, reinventando siempre una nueva escena.

Estás en mis madrugadas de insomnio, con el deseo de tenerte una y otra vez.

Estás ahí, en esa pequeña incertidumbre, que desaparece cada vez que me miras.

Telaraña

 Tengo la cabeza llena de telarañas, de basura acumulada, de vidrios rotos que van dejando y que van cortando mi piel.

No sé si me equivoco, si tal vez en algún mundo paralelo estoy haciendo las cosas correctas, relacionandome con gente que quiere realmente verme sonreí­r, y que eso sea motivo suficiente para hacerlos reír ­a ellos.


Que mi piel sea el lugar en dónde alguien quiera quedarse a vivir, sin excusas, sin peros, arriesgando las ganas, las convicciones y los peligros que pueda acarrear el simple hecho de quererme.

Poder confiar en alguien, poder entregarme, abrir mi pecho, mostrarle mis fantasmas, mis miedos, mis defectos. Toda mi basura no reciclable y que sólo decida acariciarme el pelo. 


Desearme con la boca, con las diferencias, con lo áspero de lo difícil y que eso convierta todo en comodidad, en un lugar en donde uno muestra su lado roto y el otro quiera con sus manos, remendar ese daño.

Un mundo paralelo en donde sentir y arriesgarse, valgan los abismos. 

Sentidos

Los colores se inyectan en tu cuerpo y viajan en forma de sonidos que retumban en tus venas, en tus huesos. En tu piel.

No hay tope. No hay frenos. 

Tu cuerpo no tiene estabilidad y por dentro necesita frenar esta calesita.

Tu piel siente el frío helado, el calor pegajoso, y la música muy carnal.

Esas vueltas son reales. Esas imágenes danzan en tu cabeza. Esas cosquillas y ese calor por dentro. 


Los orgasmos se detienen en el tiempo y su intensidad es constante en cada fracción de segundo.

Tu cabeza nunca viajó así, a una velocidad ininterrumpida, pasional.


Aparece idea tras idea. Imágen tras imágen y cada una sale de otra sin dejarte respirar ni pensar un segundo qué pasaría si dejarás de pensar, o si en éste momento alguien entra por la puerta, o si se te para el corazón, mientras lo estás pensando.


La adrenalina no cesa. Por momentos bajas y vas más cerca del suelo pero por momentos tomas envión y subís subís y subís hasta esa nube en donde volvés a encontrarte con todos tus pensamientos.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Montón

Tengo amontonadas las palabras en mi boca, en mi mano, queriendo una vez más expresarse, hacerse sentir.

Tengo amontonados mis pensamientos, que suben y bajan escaleras empinadas y algunos caen al vacío, sin contención, sin que nada los amortigüe de semejante caída.

Tengo amontonadas mis emociones, que forcejean entre ellas, se acarician, se divierten y por momentos se desesperan por triunfar, por ganar, por conseguir llegar.

Tengo amontonados mis deseos, los que se entretienen en tu pelo, los deseos que bailan en tus manos, los que rozan tu espalda, los que muerden tu boca, los deseos que te imaginan en mi.

Tengo amontonados mis miedos, aquellos que me temen a mi misma, esos que se asustan con la idea de perderte, los de allá que no pueden dormir porque creen que no voy a poder, y esos escondidos que pretenden no ser vistos pero se los siente temblar ante la idea de ser feliz.

Tengo amontonadas mis ganas, las que cada mañana me despiertan con la intención de quererte, las que sin darse cuenta van atropellando tus pasos, las que sueñan alto, muy alto y se pierden, las que tienen la convicción de que van a poder y al mismo tiempo las que se sienten menospreciadas.

Y una vez más se vuelven a amontonar las palabras, entre deseos, miedos, ganas, emociones y pensamientos.


M. C.

jueves, 1 de febrero de 2018

Existir ¿de verdad?

¿Te preguntaste alguna vez si realmente existís? Si realmente sufrís, si de verdad queres, y deseas o si simplemente estás soñando y viviendo en el sueño de otro. De esa persona que te piensa dia y noche, en la piel de otro, en la boca de otro. En tus sábanas.
Como un mundo paralelo, en el que respiramos lo que otro quiere o lo que nuestro inconsciente nos depara.
¿Pensaste de verdad alguna vez? '¿Y si yo fuera otra persona?' y si mi deseo fuera realmente el deseo de otro, las fantasías de un extraño en mi piel, mientras que mis propias fantasías viven en la piel de otro más.
Es mi culpa, mi responsabilidad, mi decisión, pero ¿y si estoy viviendo en el sueño de otro y esa culpa es realmente de otro?
¿Darías un segundo por ese instante o mil instantes por ese segundo en donde vivis tu vida y no la de otro?
Estamos con mucha gente, pero ¿somos con todos?
Ojalá pudiera estar en tu sueño y vivir aunque sea ese instante, entre unos ojos  entreabiertos, en tu piel.

M. C.

lunes, 15 de enero de 2018

Rincón

Vueltas a mi cabeza, a mis pensamientos, a mis decisiones, a mis inseguridades.
Vueltas a tu mundo.
Caígo por una escalera caracol, en la que me resbalo y no puedo parar.
Mis sueños se desmoronan de a poco, en un vertiginoso vacío en el que no hayan consuelo.
Cada desilusión muere, sola, de a poco y no puede volver a empezar.
En cada rincón me hago cada vez más fuerte, y más vulnerable.
Me vuelvo más grande y más pequeña.
Un lugar oscuro en el que me escondo y mi corazón se endurece por miedo, por bronca, por dolor, por tristeza, por decepción.
Ese puente que no me animo a cruzar porque de éste lado me siento cómoda, en un lugar conocido, el dolor.
Sé que es una cuestión de actitud, de aceptación, de verdades.
Volver a nacer.

M. C.