jueves, 7 de febrero de 2013

Miedo

Comienzo el día mal, no me buscas como antes, duele.
Luego te escucho, tu voz, eso que me hace tan bien,
que hace que me olvide de todos los problemas, como si nada malo pasara.
Me río, te reís, creo que volvemos.
Y volves a la indiferencia, a la distancia, a generarme eso tan contrario que me generabas.

Antes todo era risas, palabras lindas, eras solo vos mi mundo y lo que me hacía feliz en mi mundo triste.
Y sin pensarlo, sin imaginarlo, luego de pasar momentos increíbles,
lo más increíbles para ambos, en donde todo era perfecto,
en donde no queríamos que terminara jamás, porque te tenía, porque me tenías,
luego de ese instante mágico, comienza tu distancia.
Esa distancia que me rompe el alma, la desparrama y la pisotea, sin darse cuenta.

Ya no sé si el desinterés, la indiferencia es por el miedo que sentís,
miedo que te pase lo mismo que a mi, miedo a amar, miedo a sentir, miedo a sufrir.
O es porque ya quitaste tus ganas de mi, ya pase a otro plano,
ya soy parte de tu historia, de tu pasado, no de tu presente.

Terror me da perderte, pero no puedo soportar tu distancia, no puedo.
Es una sonrisa y quince lágrimas detrás.
Necesito que vuelvas, lo necesito.
Me estás lastimando y no podes imaginarte cuánto.
No podes, porque no te animas a sentir, a vivir.

M-C.

miércoles, 6 de febrero de 2013

A veces

A veces siento un dolor, o la mayoría del tiempo.
A veces siento tristeza, o tal vez en muchos momentos.
A veces siento vacío, o es constante.

A veces todo se vuelve infinitamente agotador,
me canso de vivir,
me siento sin fuerzas de seguir luchando por cosas imposibles, difíciles
que no voy a lograr nunca y que busco todo el tiempo.

A veces busco a mi alma pero no la encuentro.
A veces te busco y no logro encontrarte.
A veces busco y no sé realmente qué, y eso me destruye y agota a la vez.

A veces soy feliz, pero muy poco.
A veces me río pero son instantes que solo quedan en mi recuerdo.
A veces siento que todo debería terminar, pero me gusta luchar.

A veces vivo, y a veces muero.

M.C.

martes, 5 de febrero de 2013

Ahora

Sin pensarlo uno se topa con gente que puede cambiarle la vida.
Así fue que lo conocía hace tiempo pero no lo conocía a la vez.
Un día empezamos a hablar, cada vez con más frecuencia, con una confianza pocas veces vistas,
sin pose, ni temores, solo con risas y un bienestar increíble.
Comenzó siendo un juego, que ambos nos gustó.
Y en el momento de vernos, algo paso, algo cambio sin cambiar.
A los pocos minutos de encontrarnos me dijo "Dame un beso".
No me lo pidió, me lo exigió, esa actitud me volvió loca.
Esa firmeza, esas ganas, esa seguridad de que lo bese me estremeció.
Volvimos a vernos y a pasar varios días juntos, fue mágico,
no quería que eso terminara nunca pero tenía que terminar.
Hubo un quiebre, me enamoré.

Me enamoré de su sonrisa, de su forma espontánea de reír  de sus palabras,
de cómo me cuida, de cómo me quiere, de cómo soy cuando estoy con él,
de cómo es nuestro trato, de cómo no nos aburrimos uno del otro,
de su madurez y a la vez su parte infantil, ese lado inocente y a la vez el lado tan viril.
De su humor, de sus manos, de sus manos cuando me tocan, de su voz, esa voz que hace que mi imaginación vuele.
De lo que me dice y lo que no se anima a decirme, de sus miedos.

Volvimos a vernos, a los pocos días de pasar unos días juntos.
No aguanté, no podía pensar en otra cosa.
Fueron dos días más con él, sólo él, no importa si había otra cosa, otras personas, era él.
Sus miradas, sus palabras, sus manos, su risa, esa que me llena el alma.
Sus abrazos que abarcan todo, en los que me pierdo, me voy, y no quiero volver.

Ahora no está, y no puedo pensar en otra cosa que no sea
¿Qué hubiera sido si no le hubiera hablado nunca? ¿Qué hubiera pasado si no nos veíamos?
Seguro no me hubiera enamorado y no estaría sufriendo, pero tampoco hubiera vivido todo eso.
Eso que nunca voy a olvidar, porque fue único.

Ahora hay miedos, hay amor, hay dolor, hay ilusión, hay lágrimas,
hay recuerdos, hay necesidades, hay ganas.
Ahora hay distancia.

M.C.