lunes, 24 de junio de 2013

Me duele el alma

Me quise sentar a escribir y no sé qué decir.
El miedo y la felicidad a veces paralizan, el dolor también.
Hoy estoy paralizada, sin poder hacer lo que quiero
y obligada a hacer lo que no quiero.

Uno a veces pone muchas expectativas sobre algo y sobre alguien
y esas pueden caerse de golpe.
Se cayó, se cayó todo lo que estaba armando,
y se me armó un dolor en el pecho, vos me lo armaste. De golpe.
Dolor que siento al recibir ese trato, dolor que se siento ante tal desprecio, dolor que siento por cómo me castigas no habiendo hecho nada, dolor por tener tantas preguntas y ninguna respuesta, dolor que siento porque ahora no sé qué hacer, no sé dónde estoy parada, no sé cómo seguir sin vos, dolor que siento como no había sentido antes, dolor por imaginarte en la boca de otra, dolor que siento porque me decís que no te importo pero a la vez decís que me queres mucho, que me necesitas, dolor porque no sos ese del que me enamoré, sos otro, dolor porque inevitablemente me decepcionaste,
dolor que siento porque ya no estás.

Pero no puedo parar de preguntarme si todo eso es porque ya no soy la misma para vos, no soy lo mismo para tu vida, o porque te estás defendiendo, defendiendo del dolor y pasandomelo a mi.
Creyendo  que de ésta manera estás solucionando las cosas, que lo vas a poder resolver,
y no, en la cama de otra solo podes poner el cuerpo,
no el alma, no las risas, no la felicidad que ponías conmigo.
Podes decirme lo que quieras, podes decirle a todo el mundo
que no te importa nada de mi, pero yo se que mentís.
Yo sé que conmigo desplegaste una parte de vos, que ni vos mismo conocías
y te asustaste, eso que descubriste te dio terror, no lo soportaste.
¿Y sabes que era eso? Amor, te enamoraste, te entregaste por completo
y me entregué por completo a vos, y no supiste cómo manejarlo
y saliste corriendo, dejándome un hueco en el alma.

Ya no sé que hacer. Vos con otra. Yo sin vos.
Es todo un desastre dentro mio, dejaste todo hecho pedazos
y ni siquiera sé hasta dónde te importa o si te acordas de mi cuando hablas con ella.
Yo no soy lo mejor, lo sé, tengo errores, muchos, tengo miedos, muchos más,
pero no merezco lo que me estás haciendo, aunque sea lo que te sale hacer
para defenderte del dolor y no te das cuenta que defendiendote vos mismo,
me tirás al suelo y viéndome tirada, me seguís pateando.

Me decís "Basta", que no te ame más, que no insista,
pero yo no te puedo decir basta a vos, basta de lastimarme,
basta de tratarme de esa manera, basta de hacerme lo que menos me merezco.
Y podrán pasar, una y otra, pero yo te marqué, yo no fuí las demás,
lo sé, me lo dijiste con palabras y miradas.
Yo te hice conocer el amor y me dijiste "gracias por enseñarme a amar"
y de ésta manera me pagás.

Hoy no soy nada, todo te lo llevaste, mis ganas de todo.
Hace semanas no duermo, no puedo comer, no me río, solo uso mis horas para extrañarte.
Pero me voy a quedar acá, en éste rinconcito sentada esperándote, porque cuando uno ama vuelve, cuando uno ama perdona, cuando uno ama da otra oportunidad, cuando uno ama hace todo por el otro, cuando uno ama espera, cuando uno ama da todo.

Ahora tengo seguridad de que me amaste, me lo dijiste, me lo demostraste en palabras,
miradas, caricias, pensamientos, en la cama y todos los rincones de la habitación,
con las manos y la piel, con las risas, con tu presencia,
pero no sé hasta dónde, eso lo sabré con el tiempo.

M.C.

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